Aceite de Coco – Combustible Cerebral
¿Nuevo combustible cerebral?
Aceite de coco – Fuente de cetonas.
El Dr. Raymond Peat (EE.UU.), edítor, autor e investigador en materia de salud y nutrición natural, ha hablado durante años acerca de la diferencia entre aceites poliinsaturados y aceites saturados, dada su importancia para los tejidos cerebrales, constituidos mayormente por formas complejas de grasas. En 1978, llevó a cabo un experimento en el cual a una rata embarazada se le dio una dieta rica en aceite de coco, y a otra, se le suministraron grasas insaturadas.
El resultado del experimento mostró que el desarrollo cerebral fue superior en la cría de la rata cuya madre se alimentó con aceite de coco. Esto se explica por la capacidad del aceite de coco de favorecer el correcto funcionamiento de la tiroides (glándula que gobierna el desarrollo del cerebro), y para influir en la fabricación de mielina (capa protectora y regeneradora del axón de la neurona). Este aceite ofrece beneficios para el cerebro, por ser la fuente natural más abundante de TCM (triglicéridos de cadena media), lo que la hace una fuente de combustible fácilmente convertible en cetonas, que son combustibles de alta energía que nutren al cerebro.
Nuestro cuerpo puede producir cetonas a partir de la grasa almacenada, mientras ayuna o se encuentra en estado de inanición, pero éstas también pueden ser producidas a partir de los ácidos grasos de ciertos alimentos. Por otra parte, el aceite de coco es una de las fuentes naturales más ricas en Acidos Grasos de Cadena Media (AGCM), que se convierten en el combustible “cuerpos cetónicos” (cetonas) y que no son proclives a la oxidación como las grasas insaturadas.
Un estudio de la Revista Europea de Medicina Interna, que hace referencia a la enfermedad de Alzheimer, al Parkinson y a la Esclerosis Amiotrófica Lateral (ELA) revela que estas enfermedades tienen directa relación con la disfunción mitocondrial. Esto significa que los ácidos grasos del aceite de coco ofrecen poderosas ventajas, dado que ayudan a contrarrestar el estrés oxidativo de las mitocondrias cardíacas. Los Acidos Grasos Saturados de Cadena Media (AGCM) se necesitan para producir cetonas que sirven como fuente alternativa de combustible (superior en un 40% a la glucosa) para el cerebro, así es que el consumir cantidades adecuadas de AGCM eleva el nivel de energía, lo cual aumenta la calidad de vida. Su deficiencia, en cambio, se relaciona con desórdenes neurológicos.
Las personas que sufren de Alzheimer deberían evitar los aceites poliinsaturados tales como el aceite de maíz, de soya, de maravilla, de pepa de uva y otros, especialmente si estos son ácidos grasos hidrogenados (como es el caso de la margarina). En especial, se deben evitar los ácidos grasos trans, por ser fácilmente oxidables y producir disfunción mitocondrial. Otras grasas saludables son la. mantequilla de vacas alimentadas con pastos, y los ácidos grasos Omega 3 (aceites de pescado ultra purificados de alta calidad, aceite de hígado de bacalao o aceite de krill). Los carbohidratos provenientes del trigo refinado y de azúcares refinados deberían ser estrictamente eliminados de la dieta. En cuanto a las proteínas, se recomiendan los huevos de gallinas alimentadas con pastos o linaza y las carnes orgánicas.
Existen casos que comprueban la efectividad del aceite de coco en la lucha contra el Alzheimer. Uno de los casos de éxito más difundidos en Estados Unidos es el de la Dra. Mary Newport, quien investigó el tema para ayudar a su esposo padeciente de Alzheimer prematuro. Usted puede leer el estudio del caso completo en inglés aquí: www.coconumil.com/AlzheimersDiseaseDrMaryNewport.pdf
También puede revisar el testimonio de Bruce Flett (www.youtube.com/watch?v=8tpPUsh74YM) y el caso de Ian Blair: “Cómo el aceite de coco me devolvió mi cerebro” (www.youtube.com/watch?v=me3d30hx_s).
El caso de la Dra. Newport demuestra claramente cómo las cetonas y el aceite de coco pueden combatir el Alzheimer: no obstante! sólo es la ¡Junta del iceberg en cuanto al entendimiento de la absorción de las cetonas y el colesterol en el cerebro.
Los medios de comunicación deben ayudar a derribar mitos como: El Villano del grupo es la Grasa, ya que los villanos son verdaderamente los Carbohidratos y Azúcares, que derivan hacia el concepto de Diabetes tipo III que muchos le atribuyen al mal de Alzheimer. A medida de que el aceite de coco se hace más popular y aceptado, nosotros esperamos ver más testimonios positivos en relación a la enfermedad de Alzheimer. El simple hecho de incorporar aceite de coco a la dieta, ayuda a bajar el colesterol malo (LDL) sin los efectos negativos de drogas como las estatinas.
Recomendaciones generales de consumo de aceite de coco
Una c/sopera por cada 26 kilos de peso. Para personas con padecimientos neuronales, de 6 a 8 c/soperas por día.
Fuente:
Del libro Virgin Coconut Gil, de Brian and
Marianita Jader. Shilhavy. Mamo 2012.
Sophia Media.