Aceite de Coco – Protégete en el Invierno
Este invierno…
¡protéjase con aceite de coco!
A diferencia de los aceites poliinsaturados presentes en muchos alimentos, el aceite de coco es alto en grasa saturada saludable, ácido láurico y ácidos grasos de cadena media. Su estructura única lo convierte en una fuente de energía altamente disponible para el cuerpo, y su particular equilibrio de grasa hace de éste un alimento muy nutritivo.
El 50% del contenido de grasa en el aceite de coco es una grasa raramente encontrada en la naturaleza que se llama ácido láurico. El cuerpo convierte el ácido laúrico en monolaurina, que tiene propiedades antivirales, antibacterianas y antiprotozoarias. El ácido láurico es un potente destructor de la bacteria gram—negativa y de virus, y ¡el aceite de coco es la sustancia que contiene la mayor cantidad de ácido láurico de la tierra!
A diferencia de los ácidos grasos de cadena larga contenidos en las grasas animales, los ácidos grasos de cadena media son lo suficientemente pequeños como para entrar en la mitocondria —la planta quemadora de energia de las células— donde son convertidos en energía.
El aceite de coco tiene un efecto directo en la supresión de la inflamación y en la reparación de tejido, y puede contribuir a inhibir los microorganismos intestinales dañinos que causan la inflamación crónica.
Los ácidos grasos de cadena media y los monoglicéridos presentes en el aceite de coco son los mismos que se hallan en la leche materna humana, y tienen extraordinarias propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas. Al afectar las estructuras de los lípidos de los microbios, los inactiva. El ácido láurico, su metabolito monolaurina y otros ácidos grasos del aceite de coco son conocidos por proteger contra las infecciones de bacterias, virus, levaduras, hongos y parásitos. Y si bien inactiva los microbios indeseables, el aceite de coco no tiene ningún efecto negativo en la flora bacteriana beneficiosa de nuestros intestinos.
Además, estudios han mostrado que el aceite de coco puede fortalecer un sistema inmune debilitado, al mejorar el conteo de glóbulos blancos, lo que ayuda al cuerpo a combatir directamente los virus y las infecciones.
Para prevenir los resfríos, los adultos pueden consumir 3-4 cucharadas soperas de aceite de coco por día. Se puede agregar a otros alimentos o incluso usar para cocinar, pero como tiene un agradable sabor, algunas personas lo comen directamente del frasco. Si bien también es posible beber leche de coco o comer la carne de este delicioso fruto, la mayoría de los beneficios están presentes en su aceite, y su consumo regular puede reforzar el sistema inmunológico de manera de que pueda combatir mejor los resfríos antes de que se manifiesten.
Una vez que se ha resfriado, el aceite de coco puede ayudarlo a aliviar muchos de los síntomas e incluso puede acortar la duración del resfrío. Para ayudar a despejar los pasajes nasales, puede refregar en su pecho aceite de coco prensado en frío con unas gotas de aceite esencial de menta o eucalipto. Esto facilitará la respiración y lo ayudará a dormir mejor, lo cual es importante en el proceso de sanación.
Para aliviar el dolor de garganta y calmar la tos, puede derretir una cucharada sopera de aceite en una taza de té o caldo caliente y beber un par de veces al dia, lo que también aumentará su inmunidad para combatir el virus directamente.
Fuentes:
wellnessmama.com
naturalnews.com